Si es verdad que somos lo que comemos, también es cierto que somos lo que habitamos. Y basta con entrar en una casa para saber qué posee, qué esconde y qué desea su dueña.
«La arquitectura de la felicidad» te explica cómo una casa puede traer bienestar o serenidad, así como influenciar en nuestro estado de ánimo.
Hay una parte del libro que dice…
«Si una habitación puede cambiar nuestro estado de ánimo, si nuestra felicidad puede depender del color de las paredes de la forma de una puerta, ¿qué nos pasará en la mayoría de los lugares a los que nos vemos obligados a mirar?»
Para evitar tal angustia permanente, nos negamos a ver buena parte de lo que nos rodea:
manchas de humedad, orín, obras nefastas y decoraciones estresantes.
Ausencia de belleza y de armonía.
Por otra parte, las viviendas hablan y expresan su virtudes para un hogar ideal, donde lo que una misma aporta al propio hogar,
se convierte en un espacio cuya privacidad es muy importante para nosotras, casi sagrada.
La creencia de cómo nos hace sentir una casa, se basa en la idea de que somos diferentes personas en diferentes lugares.
Y la creencia del trabajo del feng shui es dejarnos más claro lo que podemos ser idealmente,
tanto si tenemos cierta sensibilidad como si no.
Así que una vivienda armoniosa puede ser motivo de un estado de ánimo más agradable y disipar un ambiente pesado.
Para establecer leyes estéticas satisfactorias, belleza en nuestros hogares y
alternar conocimiento básico con decoraciones hermosas, tengo un curso que ofrece una guía perfecta que habla de cómo hacerlo.
Y sobre todo habla de lo que nos falta, y a menudo nos sobra, para llegar a la auténtica felicidad en el hogar.
De esto hablo en la página 31, de que la felicidad depende de la idea que tenemos de nosotras mismas, de la capacidad de casar lo que es con lo que debería ser, y eso se refleja en los objetos que nos rodean.
Una buena forma de hacerlo realidad la tienes aquí:
Curso para armonizar tu casa con feng shui
PD: Envío a casa encuadernado e impuestos incluidos. Un curso que acaricia todas las zonas de tu casa para conseguir que te sientas mejor en cada una de ellas.
Un abrazo,
Maddie.